Las repúblicas de Argentina, Bolivia,
Chile, Colombia, Ecuador y Perú comparten un patrimonio común de valor
excepcional: El Qhapaq Ñan o Camino Principal Andino.
Durante los últimos tres años el Centro de Patrimonio Mundial ha colaborado con estos países en un proyecto pionero: la preparación de una sola nominación para la inclusión del Qhapaq Ñan en la Lista del Patrimonio Mundial con un proyecto de cooperación regional original e innovador
El Qhapaq Ñan también conocido como El Camino Principal Andino, fue la columna vertebral del poder político y económico del Imperio Inca. La red de caminos de más de 23000 km de largo conectaba varios centros de producción, administrativos y ceremoniales construidos en más de 2000 años de cultura andina pre-inca.
El eje principal del camino, también conocido como el Camino Real en la calzada que corre a lo largo de las cumbres andinas y es el más visible entre Quito y Mendoza. Se suman a esta columna vertebral sobre las cimas más altas de la cordillera, otras rutas que corren de norte a sur a lo largo de la costa del Pacífico. El Imperio Inca organizó su red caminera en una escala continental; sus caminos son una expresión invaluable del espíritu de organización y planificación de la mano de obra disponible y constituyó un instrumento clave en la unificación del Imperio, física y organizacionalmente.
Esta ruta es la demostración de un valor universal a gran escala. Reuniones de expertos han sido realizadas para identificar la significación cultural y el valor unitario de la red completa con la perspectiva de considerar opciones para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial a través de varias formas de cooperación técnica.
Los Incas del Cuzco lograron la construcción de esta infraestructura con un carácter unitario en menos de un siglo, haciéndolo coherente funcionalmente y estableciendo centros adicionales de comercio, intercambio, producción y culto, adaptando los sectores de producción a la topografía y el clima en cada piso ecológico que se encuentra a lo largo del Camino. El Camino también expresaba su armoniosa relación con su gente y su adaptación al complejo paisaje andino. Hoy en día, el paisaje cultural del Qhapaq Ñan forma un excepcional telón de fondo, en donde las culturas andinas continúan transmitiendo un mensaje universal: la habilidad humana para convertir uno de los escenarios geográficos más duros del continente americano en un entorno habitable.
Durante los últimos tres años el Centro de Patrimonio Mundial ha colaborado con estos países en un proyecto pionero: la preparación de una sola nominación para la inclusión del Qhapaq Ñan en la Lista del Patrimonio Mundial con un proyecto de cooperación regional original e innovador
El Qhapaq Ñan también conocido como El Camino Principal Andino, fue la columna vertebral del poder político y económico del Imperio Inca. La red de caminos de más de 23000 km de largo conectaba varios centros de producción, administrativos y ceremoniales construidos en más de 2000 años de cultura andina pre-inca.
El eje principal del camino, también conocido como el Camino Real en la calzada que corre a lo largo de las cumbres andinas y es el más visible entre Quito y Mendoza. Se suman a esta columna vertebral sobre las cimas más altas de la cordillera, otras rutas que corren de norte a sur a lo largo de la costa del Pacífico. El Imperio Inca organizó su red caminera en una escala continental; sus caminos son una expresión invaluable del espíritu de organización y planificación de la mano de obra disponible y constituyó un instrumento clave en la unificación del Imperio, física y organizacionalmente.
Esta ruta es la demostración de un valor universal a gran escala. Reuniones de expertos han sido realizadas para identificar la significación cultural y el valor unitario de la red completa con la perspectiva de considerar opciones para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial a través de varias formas de cooperación técnica.
Los Incas del Cuzco lograron la construcción de esta infraestructura con un carácter unitario en menos de un siglo, haciéndolo coherente funcionalmente y estableciendo centros adicionales de comercio, intercambio, producción y culto, adaptando los sectores de producción a la topografía y el clima en cada piso ecológico que se encuentra a lo largo del Camino. El Camino también expresaba su armoniosa relación con su gente y su adaptación al complejo paisaje andino. Hoy en día, el paisaje cultural del Qhapaq Ñan forma un excepcional telón de fondo, en donde las culturas andinas continúan transmitiendo un mensaje universal: la habilidad humana para convertir uno de los escenarios geográficos más duros del continente americano en un entorno habitable.