ANCASH,
la cocina tradicional
EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS
Museo
Nacional de Chavín
En
nuestro país, más que una cocina peruana, se aprecian diversas formas de
cocina por regiones, de manera que la costa, la sierra y la Amazonía
presentan diferencias, como aquéllas que se observan entre la cocina
campesina y la urbana.
La
complejidad de la cocina vuelve fundamental su análisis desde una perspectiva
cultural: es importante tomar en cuenta su estructura interna, su significado
simbólico y los actores que le dan vida, superando la visión de recetario que
con frecuencia se tiene sobre ella.
Aunque
en la actualidad las nuevas formas de alimentación como la comida rápida
tienden a imponerse, el factor tradicional no ha desaparecido por completo.
Se podría afirmar que el significado simbólico de la comida tradicional es lo
que permite su subsistencia como conjunto de prácticas culinarias y de
composición de la dieta, con continuidad en el tiempo y son trasmitidas de
generación en generación hasta hoy. Además, en el acto creativo de la cocina,
la combinación de alimentos y condimentos busca ser agradable a la vista, al
olfato y al gusto.
A
través de 50 fotografías a todo color del destacado fotógrafo Mario Silva,
con la curaduría de Marcela Olivas, el Museo Nacional de Chavín ha inaugurado
la exposición ANCASH, LA COCINA TRADICIONAL, donde se hace un recorrido por
las regiones de Ancash, la costa, el Callejón de Huaylas y los
Conchucos, mostrando la diversidad de productos y la originalidad de la
culinaria tradicional.
Por
las investigaciones arqueológicas realizadas en el departamento de Ancash, se
sabe que se consumió maíz, papas, frijoles, ocas, calabazas, el ají y también
carnes de venado, vizcacha, cuy y camélidos. En la costa, el consumo de
mariscos y pescado está bien documentado. Todos, alimentos que hoy son parte
de la dieta diaria y que se continúan transportando de la zona marítima a los
andes y viceversa. Así, a través de los siglos las cocineras ancashinas han
logrado crear una cocina mestiza, contundente y original.
Acompaña la exposición
una selección de ollas tradicionales de la zona de la comunidad de Acopalca
de la provincia de Huari. Conocidas como ‘ollas de piedra’, las
cocineras dicen que tienen más fuerza, resisten a los golpes y son gruesas y
pesadas. Además, antiguamente, existía la costumbre del trueque,
de las cazuelas y cántaros por un carnero, cerdo y otros animales, también
por harinas o granos; el cántaro se usaba como unidad de medida.
La investigadora Giulia Garra ha identificado en los pueblos de San
Bartolomé de Acopalca y San Juan de Yacya que, de acuerdo a su uso, las ollas
reciben peculiares denominaciones: “En las “ollas macho” se cocinan
siempre alimentos sin grasa, mientras que las “ollas hembra” están destinadas
a los alimentos con grasa. Además, en toda cocina tradicional hay una batería
de ollas y recipientes que sirven para cocinar alimentos salados o dulces y
preparar bebidas como la chicha, que tampoco se intercambian; lo mismo sucede
con las cucharas, hacerlo significaría “malograr el sabor y cambiar el gusto
local¨.
Las
ollas que también se exponen pertenecen a la Sra. Paula Castillo de Blas,
alfarera de Acopalca, a quien agradecemos en nombre del Ministerio de
Cultura, la oportunidad de exhibir la alfarería tradicional de la zona.
Igualmente se exhiben 7 morteros prehispánicos encontrados en el Centro
Ceremonial de Chavín.
La
exposición se realiza gracias al auspicio de la empresa minera ANTAMINA con
el apoyo del proyecto VIVE CONCHUCOS. Los esperamos.
Museo
Nacional de Chavín, Avda. 17 de enero norte s/n, teléfono 043-454011
Horario
de atención, martes a domingo de 9.00 am. a 5.00 pm.
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